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Nueva aprobación para el tratamiento del cáncer de pulmón ALK+ en Estados Unidos
Los pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas avanzadas portadoras de translocación del ALK (anaplastic lymphoma kinasa) pueden contar con una nueva opción de tratamiento oral, aprobada por la agencia estadounidense FDA el 2 de noviembre del 2018. El inhibidor de tirosina cinasa de tercera generación lorlatinib ha recibido aprobación para el tratamiento después de progresión al crizotinib y algún otro inhibidor de tirosina cinasa del ALK. La aprobación beneficia también a los pacientes que presentaron progresión de enfermedad al tratamiento de primera línea con alectinib o ceritinib.
El uso de lorlatinib en este escenario fue evaluado en una cohorte de pacientes incluidos en el estudio de fase I/II B7461001 demostrando que el subgrupo de 215 pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas metastásicas ALK positivo que recibieron tratamiento previo con ≥1 inhibidor de tirosina cinasa del ALK presentaron una tasa de respuesta del orden del 48% (IC del 95%: 42-55), alcanzando el 4% de respuestas completas. La duración media de respuesta en el estudio fue de 12,5 meses (IC del 95%: 8,4-23,7). Se destaca que la tasa de respuesta intracraneal fue del 60% (IC del 95%: 49-70).
En el análisis de seguridad del estudio, el uso de lorlatinib promovió como eventos adversos más comunes edema, neuropatía periférica, alteraciones cognitivas, disnea, fatiga, aumento de peso, artralgia, alteración del humor y diarrea. La tasa de eventos adversos serios fue del 32%, con el 24% de los pacientes necesitando reducción de dosis.
El Dr. William William, oncólogo y director médico de Oncología Clínica y Hematología del Centro del Cáncer de la BP – La Beneficencia Portuguesa de Sao Paulo, señala que “la aprobación de lorlatinib ofrece una opción de tratamiento para los pacientes que han desarrollado mutaciones de resistencia en ALK G1202R, caracterizada por la ausencia de sensibilidad a otros inhibidores de primera o segunda generación. Además, con el uso creciente de inhibidores de segunda generación en la primera línea, como alectinib y ceritinib, las opciones de rescate en la segunda línea se vuelven más escasas, y el lorlatinib llena una necesidad en este espacio hasta entonces no atendida”.
Por el Dr. Daniel Vargas P. de Almeida